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Portada » Pruebas de Calidad del Aire en la producción de alimentos
La calidad del aire en las instalaciones de producción alimentaria es un factor esencial para garantizar la inocuidad y frescura de los productos. Un aire contaminado con bacterias, mohos, partículas o compuestos químicos puede comprometer la seguridad del alimento, acortar su vida útil e incluso provocar retiradas costosas del mercado.
Por ello, las pruebas de calidad del aire se han convertido en una herramienta indispensable dentro de los planes APPCC y las auditorías de certificaciones como IFS, BRCGS o ISO 22000.
El aire que circula en una planta de producción alimentaria no es un elemento neutro: puede ser un vector de contaminación que afecte directamente a la calidad y seguridad de los productos. En espacios donde se manipulan alimentos, las partículas en suspensión, los microorganismos patógenos (bacterias, mohos y levaduras) y los compuestos químicos volátiles pueden depositarse sobre superficies, equipos o directamente sobre el alimento, generando riesgos para la salud del consumidor.
En industrias con ambientes controlados, como la producción de lácteos, carnes o productos de panadería, el aire limpio es tan importante como la limpieza de superficies o utensilios. Por ello, las pruebas de calidad del aire no deben considerarse un requisito opcional, sino una herramienta fundamental para asegurar la inocuidad y la reputación de la marca.
Para garantizar un entorno libre de contaminantes en la producción de alimentos, es necesario realizar diferentes pruebas que evalúen los riesgos asociados a microorganismos, partículas, gases y parámetros ambientales. A continuación, se describen las principales pruebas empleadas en la industria alimentaria:
El objetivo de esta prueba es identificar la presencia de microorganismos como bacterias, mohos y levaduras en el aire. Los métodos más comunes son:
Las partículas en el aire, como polvo, fibras o restos orgánicos, pueden ser un vehículo para contaminantes microbiológicos o químicos.
Los compuestos orgánicos volátiles (COV) y otros contaminantes químicos presentes en el aire pueden afectar tanto a la seguridad como a la calidad sensorial de los alimentos.
Estos parámetros no son contaminantes en sí mismos, pero influyen directamente en la proliferación de microorganismos y en el flujo de aire entre áreas.
Cuando los resultados superan los parámetros establecidos, se deben implementar medidas inmediatas, entre ellas:
La calidad del aire en la producción de alimentos no es un aspecto secundario, sino un factor decisivo para garantizar la seguridad, la vida útil y la reputación de los productos. Implementar un plan de monitoreo regular y actuar ante cualquier desviación es clave para cumplir con los estándares más exigentes de la industria.
En Food Secure Lab, ayudamos a las empresas a diseñar y ejecutar planes de control ambiental eficaces, realizando pruebas de calidad del aire y ofreciendo asesoría integral para cumplir con normativas como IFS, BRCGS o ISO 22000. Contáctanos y descubre cómo nuestros servicios de análisis alimentario pueden ayudarte a garantizar la inocuidad y excelencia de tus productos.
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